jueves, 13 de noviembre de 2008

faces del incendio


Un incendio posee tres fases distintivas: iniciación, propagación y extinción.
Si bien existen incendios forestales producidos por causas naturales, como la caída de rayos, el origen de la gran mayoría de ellos se debe a la acción humana. Sea por imprudencias, sea de forma intencionada, el humano es causa directa o indirecta de más del 90% de los incendios que se producen en el mundo. Aunque normalmente se ocasionan, en epocas estivales, y en climas secos o subsecos, como el mediterraneo, donde la vegetación, sobre todo de montañas es seca, y además, algunos arboles como los pinos, sueltan sus hojas secas en grandes cantidades con lo que ayuda a que el incendio se propague mejor.
La propagación del fuego dependerá de las condiciones atmosféricas, de la topografía del lugar en el que se produzca y de la vegetación presente en el mismo. Desde el punto de vista de la propagación, y según sea la vegetación existente, se identifican los siguientes tipos de incendios:
Monte bajo: el fuego se transmite a nivel del suelo aprovechando la existencia de matorrales y restos orgánicos.
Monte alto: el incendio se transmite a través de las copas de los árboles. Es especialmente peligroso para los seres vivos, pues al riesgo de quemaduras y de intoxicación por inhalación de humo se une el hecho de que el fuego emplea para alimentarse el oxígeno del aire situado bajo él, provocando un grave riesgo de afisxia.
Por brasas: la acción conjunta del viento y del fuego pueden provocar que se desprendan fragmentos incandescentes de vegetación, y que éstos sean arrastrados a distancias relativamente grandes, provocando a su vez nuevos focos de fuego.


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